jueves, 8 de noviembre de 2007

Ay, caracoles...

Ay, caracoles
Ay, caracoles,
son sus trenzas al volar por los balcones.
Ay, caracoles.
Ay, caracoles,
lágrimas saladas de dolor,
de dolor enamorado.
Por ahí va, por ahí va solita sola...


Diana Navarro



Siempre aborrecí la exaltación de los tópicos... mucho más cuando presentan a mi tierra de charanga y pandereta (aunque Antonio Machado en su poema esperaba que engendara un "infalible mañana"). Sin embargo, con el tiempo o la edad, se afianzan en mi los signos de identidad, quizás en otro tiempo rechazados, a la vez que encuentro en ellos la cultura escondida, la sabiduría de lo popular y parte de mis raíces.

Quizás creyera en algún momento que la cultura y la sabiduría se encontraba en los libros. Gracias a Dios la vida me ha enseñado mucho más en gente sencilla que en las aulas de la Universidad; esto me recuerda algo: "has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se la has revelado a la gente sencilla" (Mt 11,25). Mi vida no sería la misma sin haber recibido las lecciones magistrales de un panadero de los Campos de Vejer, sin la filosofía de la vida de un dependiente de La Línea que nunca fue a la escuela y "se hizo a sí mismo", o sin las reflexiones amargas de un Sillero de Hinojos que ahogaba su pena-honda en la Cruzcampo.

¿Por qué me viene ahora todo ésto? Pues porque me sorprende una mujer morena y temperamental que podría encuadrarse en los tópicos de los lunares, el cante y el zapateo... y los caracolillos en el pelo (aunque lo tenga liso); una manera de ser que nada tiene que ver conmigo, un estilo de vida "de arte" del que me veo fuera... y me pregunto el origen de esto.

Creo que bajo este envoltorio vislumbro la hondura de alguien tan singular como para remover mis amargas seguridades, provocarme la sonrisa al recordarla o levantar las barreras que me impiden compartir las lágrimas.

Estoy algo removido... no sé cómo definir todo esto, tampoco quiero mirar adentro pues me encuentro con un pasado que me amarga el presente y condiciona el futuro; pero también es verdad el "hoy"...

Que compartimos, aún en silencio. ¿Por qué? Tan misterioso como misterioso fue nuestro encuentro

¿Hacia dónde? No lo se, no quiero condicionar(me) creando fantasías que puedan ser irreales; ya aprendí a no vivir en futuro pues la realidad es cruel y se vengará.

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