La soledad es testigo
de mis castigos y glorias,
primera de mis amigos,
la llevo conmigo

igual que una mas.
La soledad me hace libre,
la soledad no me engaña
cuando el mundo se va,
soledad es la ultima
que me acompaña.
Y es la única hermana
que vence a la puesta de sol cada tarde,
la presunta culpable del amanecer
solo ante mi ventana
la que llena mi cama
de amores y niños,
de abuelas y padres.
Ay mi soledad,
a nadie nunca como a ti le he sido fiel,
a lo mejor te llevo un día ante el altar
porque en verdad
quiero a tu vera envejecer.
Ay mi soledad,
hemos cruzado tantas ciénagas los dos,
tantos secretos que no podemos contar
tantas palabras que dirían que es amor.
Ay soledad que a tu manera,
subes y me das la mano
y así los dos caminamos
juntos por la carretera.
Ay soledad pa mi
que yo soy un varón
y tu silueta de mujer
tiene el deseo embriagador
de otras mujeres
que ya no me inspiraran estas canciones.
Aunque muera contigo
por Dios, soledad
solamente te pido
¡que no me abandones!.
Esta letra me hace llorar... me echa en cara mi historia de soledad, también apunta que quizás esta "soledad" es lo que tiene que darse, pues "me hace libre" y "no me engaña"... siempre permanece, ocupa el espacio de la cama que la otra dejó vacío y frío -tanto que la heladez me llega muy dentro-. Me doy cuenta que mi soledad es la mujer mas fiel con la que desgraciadamente puedo desposarme.
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