viernes, 1 de febrero de 2008

El Yuyu en el quirófano


En los últimos tiempos frecuento demasiado el hospital, idas y venidas, pruebas y mas pruebas... ya se va convirtiendo en rutina. Algunas veces son simples revisiones y otras intervenciones mas delicadas.

De la última vez que pasé por el quirófano tengo un recuerdo extraño de la anestesia. Soy una persona introvertida, que no hace amigos rápidamente y para expresarme en confianza necesito bastante tiempo. Pero me recuerdo en los instantes previos a que la anestesia actuara cantando un estribillo de carnaval, concretamente de la chirigota del Yuyu "Los rebañaores de las ollas de menudo", que dice asi:

"Yo tengo un cuerpo danone,
como ustedes verei.
Yo tengo un cuerpo danone,
pero en paquete de sei"


Con esto hacia broma porque la mesa de operaciones era pequeña para mi gran corpulencia. Impensable esta reacción en mi, yo mismo me sonrío y extraño; pero ya podeis imaginar la cara de la anestesista, muy madrileña ella y urbanita sin tradiciones. Se lo tomaron bien, supongo que rieron, porque ya no me acuerdo de más.

Mi toma de conciencia volvió una vez pasado todo; algo aturdido,la anestesista me preguntó: "-No vas a ir el próximo fin de semana a Cádiz para los carnavales". Yo no entendía nada de lo que me decía, luego fui recordando, ¡qué apuro! jaja.

Me pidió si sabia alguna "coplilla" sobre médicos ya que estaban ellos alli. Reconozco que me daba algo de verguenza lo que me contaban, pero terminé cantándoles un cuplé entero, tambien del Yuyu (en esta ocasión de "Los Arapahoe"), mientras despertaba sobre los médicos que dice asi:

"En una cafetería
a unos trescientos metros de urgencia,
desayuna todo el mundo que trabaja en Residencia:
Médicos y celadores, antestesistas y practicantes,
comadronas, ate-eses y catorce vigilantes.

Una mañana con mi esposa
en ese bar me encontraba yo
cuando me vino un ataque al corazón.
Y me salvé, gracias a Dios, porque me dio en un bar de esos;
porque si me da en urgencias casi seguro me quedo tieso
"

Ellos reían, yo me sorprendía con cierto corte de la poca verguenza que me habia dado la anestesia. En fin, mejor asi.


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