martes, 20 de noviembre de 2007

20 de noviembre, aún peor de lo que era

Hay fechas que ya pasaban desapercibidas para el españolito de a pie, que ya no significaban nada... sólo era el recuerdo de los más mayores, en la mayoría de los casos sin ninguna nostalgia. Nunca acepté que cualquier tiempo pasado fue mejor, y mucho menos si en ese tiempo no se podía hablar libremente.

Pero los líderes políticos, de uno y otro signo, han conseguido llevar a los ciudadanos de este país a los extremos. Nací y creí con la democracia, pero no recuerdo ninguna otra temporada democrática tan radicalizada como ahora... estos politiquillos constitucionalistas tendrían que mirar atrás y aprender mucho de aquellos líderes radicales que supieron enterrar el hacha de guerra, renunciar a algunos postulados y colaborar codo a codo por una España posible, justa y de todos. Si entonces fue posible ¿por qué parece que ahora no?

Tras estos años de recorrido democrático me pregunto si en este país hemos aprendido algo; al menos de los errores... no puedo menos que mostrarme escéptico.

El juego democrático conlleva un riesgo grave que casi ninguno estamos dispuesto a asumir: la tolerancia. Y es que no gusta tener que aceptar una opinión totalmente opuesta a la propia y que sea tan válida como ella; es más cómodo hacer callar, insultar, desprestigiar... lo que haga falta para prevalecer sobre el otro.

A los de mi generación se nos critica el desinterés político... quizás haya algo de cierta indiferencia en la postmodernidad en la que hemos crecido, pero tampoco resulta atractiva la confrontación sin fruto, la descalificación gratuita y la lucha-ficticia por unos derechos que terminan sirviendo a los mismos poderosos de siempre.

Me gusta la política entendida como la lucha por un mundo más justo, pero creo que no es mi lugar... pues chocaría constantemente con la barrera de lo "políticamente correcto" y la dictadura de partido me conseguiría asfixiar.

Hoy no tengo nada que celebrar; ni el recuerdo del Generalísimo, ni la muerte del Dictador... pero si me hace la fecha reflexionar en el retroceso de tolerancia que tiene esta democracia que costó tanto dar a luz.

Por eso solo cabe tomárselo a chirigota, y como termina uno de los pasodobles de Los Borrachos ("El que la lleva la entiende"):

Presumen de la democracia y la libertad
y vamos dando pasitos, (ahí lleva rasón)
pa'tras.

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