Hoy he conseguido enfadar, sin intención, a alguien que me importa. A raíz de una corrección sin importancia por mi parte, mi interlocutora se molestó... aunque en el contexto de la conversación mi matización ha resultado impertinente.
Mediante la mensajería instantánea que posibilita algunos programas de internet, se me advirtió que se apreciaba cierto "rintintín" en el tono mis palabras (cosa harto difícil en un escrito), ante lo que no pude evitar la corrección impulsiva sobre el correcto término: retintín.
Es una confusión bastante común, pero Rin tin tín era un perro protagonista de una exitosa serie televisiva que emitía Televisión Española en los años 60, del pasado siglo XX. Nunca lo vi, me lo han contado.
El co-protagonista era el Cabo Rusty, un niño que sobrevivió a un ataque indio en un tren que transportaba a los prisioneros y que tocaba la corneta en el Ford Apache. Su inseparable compañero y la mascota del regimiento de caballería, era un astuto pastor alemán que paticipaba en las misiones mas peligrosas contra los Apaches o contra los forajidos de la zona.
Sin embargo, el término "retintín", según del Diccionario de la R.A.E., es una onomatopeya del tañer de las campanas. Por extensión y de manera coloquial, se utiliza para el tonillo y modo de hablar, por lo común para desazonar a alguien.
Como se ve, es una confusión sencilla y fácil de cometer. Después de explicado ésto, sólo me queda reiterar mis disculpas a mi querida María. Un beso, saboría!
Despertar es renacer cada día. Y ya la luz nos aguarda. Ya está ahí comenzada, la historia que haya que proseguir. Despertar es entrar en un sueño ya en marcha, venir desde el desierto puro del olvido y entrar, lo primero, en nuestro propio cuerpo, recordarlo sin rencor, entrar a habitarlo y recuperar nuestra alma, con su memoria, y nuestra vida, con su quehacer. Entrar como en un capullo tejido por innumerables gusanos afanosos; retonmar nuestro hilo en el capullo fabricado incansablemente por el gusano-hombre, hacedor de ensueños que se objetivan, fabricador de historia...
Ayer, por otro motivo, estuve en Punta Europa (la original) y pude fotografiar por mi mismo la verguenza del hundimiento del New flame.
Este lugar, Europa point según los llanitos, tiene un atractivo especial para mi. Es de esos espacios donde el planeta se hace mas evidente: la confluencia de los vientos, los mares, los continentes... quizás por ser el extremo de la intemperie.
Otro atractivo de este punto son los episodios históricos que ha tenido lugar aqui. También hoy; aunque los actuales son menos épicos y belicosos, pero igualmente vergonzosos e indignantes.
No se puede esperar menos de los actuales habitantes del Monte Calpe, no olvidemos que han preferido vivir sometidos los tres últimos siglos como vasallos de un ladrón.
Hace mucho que no escucho a Silvio... sus discos fueron al exilio con todo lo que me evoca su música y sus letras. Son dolorosas realidades las que afloran, por eso quedaron en el fondo del cajón o en la maleta del olvido.
Pero no puedo evitar que en alguna ocasión se cuele su poesía y me deje empapar. Este es el caso de Ojalá, se ha colado y la he dejado doler.
Esta es una de sus canciones más conocidas. Como pasa a menudo con la genialidad artística, cada cual le da una interpretación muy subjetiva sobre su auténtico sentido. Hay quien piensa que era un canto protesta contra un dictador latinoamericano; nada mas lejos de su intención; también hay quien afirma que es una elegía por el fallecimiento de su hija Violeta, tampoco es el caso.
El propio Silvio se ha encargado de aclarar que es una canción escrita para Emilia, su primer gran amor (a la que también dedicó Te doy una canción), que al abandonarlo le provocó un desgarramiento tal que puso en crisis toda su existencia; el olvido le resultaba imposible pues su corazón y su mente la presencializaban constantemente, llevándolo a experimentar el "viejo gobierno de difuntos y flores".
Es tan grande el dolor por el abandono, que llega a desear como solución para el olvido: "Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto, para no verte siempre en todos los segundos, en todas las visiones..."
La noticia que copio a continuación, es ya lo que me faltaba por ver, leer y escuchar, que los gordos somos perjudiciales para el calentamiento global. A ver si ahora, hace mas calor porque hay muchos gordos andando por la calle.
Esto me preocupa, porque puede que a partir de ahora los guays ecologistas y socialmente correctos empiecen a mirarme mal por gordo. Los gordos pasamos a ser, junto a los fumadores y los aficionados a la tauromaquia, un nuevo tipo de apestados del siglo XXI, pues suponemos todo un peligro para el planeta.
Además de esto la sociedad se encarga de crearnos un complejo de culpabilidad: usted tiene la culpa de ser gordo, come mucho, bebe mucho, no esta apuntado a un gimnasio, no toma yogures con bifidus y es "devoto" de la Cruzcampo...
Esperemos que a ningún iluminado se le ocurran medidas discriminatarias como locales con espacio para gordos y no gordos o que incluso lleguemos a pagar mas impuestos , por pesar mas, afectar a las aceras y consumir mas aire.
¿Tendré que buscar una Asociación de Gordos Anónimos? : "Hola me llamo Fulanito de tal y soy gordo". ¿Saldran en nuestro auxilio alguna ONG de Delgados sin fronteras?
Pido perdón, por ser un gordo feliz .-
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La obesidad contribuye al calentamiento global, según un estudio
Europa Press - viernes, 16 de mayo GINEBRA, 16 (Reuters/EP)
La obesidad también contribuye al calentamiento global del planeta, ya que las personas obesas o con sobrepeso requieren más combustible para su transporte y el de los alimentos que consumen, y el problema empeorará a medida que la población literalmente "engorde", indicó un equipo de expertos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Según un estudio de los investigadores Phil Edwards e Ian Roberts publicado en su último número por la revista 'The Lancet', esto se suma a la escasez de alimentos y al mayor precio de la energía. "Todos nos estamos volviendo más gordos y es una responsabilidad global --manifestó Edwards--. La obesidad es una parte clave del panorama general".
Al menos 400 millones de adultos en todo el mundo son obesos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que en el 2015, 2.300 millones de adultos tendrán sobrepeso y más de 700 millones serán obesos.
En su modelo, los investigadores vincularon a un 40 por ciento de la población global con la obesidad, con un índice de masa corporal cercano a 30. Muchas naciones se están acercando rápidamente o han superado este nivel, dijo Edwards.
El IMC es un cálculo de la altura en relación con el peso y su rango normal habitualmente oscila entre 18 y 25. Más de 25 puntos se considera una indicación de sobrepeso y más de 30, obesidad.
Los investigadores hallaron que las personas obesas requieren 1.680 calorías diarias para mantener la energía normalmente y otras 1.280 calorías para realizar sus actividades diarias, es decir un 18 por ciento más que quienes tienen un IMC normal.
Dado que las personas más delgadas comen menos y son más propensas a caminar que a usar coches, la población más delgada disminuiría la demanda de combustible para transporte y agricultura, señaló Edwards.
Esto también es importante porque el 20 por ciento de los gases de efecto invernadero provienen de la agricultura, añadió el autor.
El próximo paso es cuantificar cuánto está contribuyendo la población de más peso al cambio climático, los mayores precios de los combustibles y la escasez de alimentos, indicó. "La promoción de una distribución normal del IMC reduciría la demanda y el precio global de los alimentos", escribieron Edwards y Roberts.
Cada vez digo lo mismo: "No vuelvo al Rocío en Romería"... pero regreso. Realmente no se qué me lleva a la aldea almonteña o me provoca añoranza cuando no estoy allí por Pentecostés, porque salgo realmente hastiado de lo que no me gusta. No vuelvo contento.
Volver cansado es normal, pero el amargor en el paladar es el recuerdo que me queda de una romería cada vez más vacía. Y no me refiero a menos gente -que también- sino de sentido en los que allí nos congregamos.
Aunque cuando se acerque el próximo Pentecostés, no se que me pasa, pero notaré una nostalgia de las romerías vividas y un impulso a ponerme en camino. Quizás voy empezando a amar El Rocío, precisamente por lo que no me gusta de él: ¿misterium fidei?