¡Demasiado veraz!Según la leyenda este fue el comentario de Inocencio X cuando pudo ver el singular retrato que le había hecho Velazquez. Un tanto desconcertado y sorprendido por la calidad del cuadro, exclamó: "¡Demasiado veraz!".
El cuadro se realizó durante el segundo viaje a Italia del pintor sevillano entre 1649 y 1651.
Al parecer, Diego Velázquez se ofreció al papa para pintar un retrato, y que el Papa desconfió.
Según esta versión, Velázquez tuvo que presentarle una prueba de su habilidad y fue entonces cuando, no sin cierto enfado, Velázquez pintó a su "esclavo"; una vez que el Papa vio el cuadro de Juan de Pareja, se dejó retratar por Velázquez. Los expertos dudan de esta explicación, y creen que el pontífice accedió a posar porque Velázquez había retratado con éxito a otros personajes de su círculo.
Lo más significativo de este retrato, es la capacidad que tiene Velazquez de penetrar psicológicamente en el personaje y mostrarnos aspectos ocultos de su personalidad. En la historia eclesiástica se le conoce como un papa dominado por el nepotismo (término que viene de su sobrino Nepote), dominado por su cuñada Olimpia Maidalchini, a quien se tuvo por ambiciosa y conspiradora.
Sin duda lo mejor es el rostro, donde Velázquez capta el alma del retratado; Inocencio X tenía fama de estar siempre alerta, desconfiado e infatigable en el desempeño de su cargo. Todos estos sentimientos los trasmite el papa cuando le miramos.Las dos veces que he estado en Roma quise ir a contemplarlo cara a cara, pero me fue imposible. Como es eterna (me refiero a Roma), volveré y esta es una de mis asignaturas pendientes.





